Antes de que las tropas neerlandesas llegaran en 2006 como parte de una misión de reconstrucción, estuve presente en la provincia afgana de Urozgan. Solo o con militares estadounidenses o afganos, salía a explorar. Pasaba largos días vagando por un entorno cautivador, donde la población local llevaba una vida relativamente pacífica y auténtica.

Tras la llegada de las tropas neerlandesas, la vida de esa población local se vio puesta bajo presión. La violencia, principalmente por parte de las tropas neerlandesas, aumentó día a día y culminó en la conocida batalla de Chora y, más tarde, en la tragedia de refugiados de Deh Rawod.

No pasé solo cuatro meses allí, como la mayoría de los militares neerlandeses, sino dos años en Urozgan. De los diarios que mantuve, destilé el libro Onvoorspelbaar verleden, que narra mis primeros diez meses en Urozgan. El libro dio lugar a preguntas en el Parlamento, investigaciones y demandas judiciales.

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